Como se tiene entendido por la mayoría; un plano secuencia es una técnica de rodaje en el que se realiza una toma sin cortes, tomas que llevan un tiempo bastante amplio en comparación a lo que se acostumbra en una escena convencional.
La sencillez de esta descripción es inversamente proporcional a la complejidad que involucra realizar un plano secuencia de manera correcta: sincronización, precisión, fotografía, iluminación, actuación y demás problemas técnicos tienen que ser conjugados sin ningún error. Recurso realizado en pro del reforzamiento dramático y/o narrativo, el plano secuencia está sólo al alcance de directores con gran experiencia y maestría técnica.
Gus Van Sant logra que el espectador casi camine dentro de su película, en Elephant hay crudeza, latente realismo en la atmósfera. La ilusión de que la cámara ha desaparecido se basa en las intrincadas tomas de una sola escena desde diferentes puntos de vista, junto a los laberínticos andares de los protagonistas por los pasillos de la escuela. Con su sobria iluminación, la predominación de colores frios y el "Claro de Luna" de Beethoven como leitmotiv, al pasar de los minutos comenzamos a percatarnos que algo no está del todo bien. El plano secuencia, por supuesto, refuerza maravillosamente esta latente tensión.
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